EPILOGO:El sumo sacerdote del gran dios del bien Paladine, creo un enorme muro de piedra ante el portal al abismo. Sabia que resistiría por poco tiempo, muy poco de hecho, pero que le permitiría ganar unos instantes preciosos a sus tropas para enfrentarse a Orcos con sus huargos, Goblins, muertos vivientes, licantropos y Kobolds en su necesaria retirada.
Aun se seguía preguntando como había podido ocurrir esto. Casi 300 años defendiendo la fortaleza con éxito. Decenas de familias preparando a sus hijos para este menester. Generaciones enteras dedicadas a la vigilancia del portal al plano demoníaco. Y al final, para que?.
Para que los Tanar' ri consigan infiltrar a tres de ellos entre las filas de los héroes, y que estos, acaben con todo lo que se había creado tras años de dedicación y abnegación...
Fritz, su acólito mayor lo devolvió a la terrible realidad al señalar la brecha que se estaba formando en el muro invocado. Fritz, su fiel ayuda, su hombre de confianza, su amigo...
Los dos Hezrou que rompieron el muro recibieron sendas descargas flamígeras, para quedar en el suelo calcinados a causa del fuego divino invocado. Una de cada clérigo. Pero la defensa ya había caído y ellos serian solo los primeros de muchos.
Los Gibados que llegaron a entrar, se consumían entre lamentos de dolor en el suelo consagrado del lugar y no eran problema alguno. No era el caso de los Vrocs y Hezrou que seguían superando el portal.
Algunos héroes habían decidido quedarse en la defensa final, para asi dar mas tiempo al resto de abandonar el hogar minimamente organizados. Antes de que la horda de demonios que se estaba desplegando ante ellos, accediera a las partes criticas de la fortaleza.
Les miraba con orgullo, habían sido preparados durante toda su vida para esto y en el momento de la verdad, no le fallarían.
Vio entre ellos a...
Cesarmagala
Eloradana
Fisolofo
Lothar
Meleke
Ore
Urania
Siempre fieles, siempre dispuestos, siempre honorables...
Eternamente héroes.
El sumo sacerdote desato su conjuro mas poderoso, la tormenta de venganza. Le dejaba vulnerable porque este dependía de su concentración en el, pero confiaba en que sus escasos, pero fieles, aliados le protegerían.
Primero dejaba ciegos y sordos a sus enemigos. Después desataba una lluvia ácida sobre estos. Para a continuación descargar rayos. Que precedían a una granizada que se transformaría en una lluvia intensa y fuertes ráfagas de viento a su voluntad que le permitirían mantener a raya a los voladores Vrocs.
Pero como esperaba, esto no fue suficiente para parar al mando Tanar' ri cuando por fin apareció el Marilith...
Intento desterrarlo de vuelta a su plano pero fracaso. Era demasiado poderoso para ser afectado por ese conjuro. De todas formas, había que intentarlo.
Así que decidió invocar el poder de la justicia y el aura sagrada sobre si mismo, devastadores conjuros de ataque y defensa, sacar su mangual de guerra y enfrentar su destino con honor.
Moriría, como el resto, pero sus muertes darían margen de tiempo a que se evacuara con las menores bajas posibles.
Oídme bien, yo soy el sumo sacerdote de la fortaleza.
Paladine es grande mis señores...
Ixlauzier, el Marilith, demonio mayor de la ofensiva, levantaba con desprecio lo que quedaba del agonizante sumo sacerdote de Paladine.
Tal vez en combate singular, hubiera sido un peligroso rival, pero el mando infernal estaba rodeado de duros Hezrou y Vrocs que debilitaron a su enemigo hasta que le pudo derrotar.
Ordeno ir a buscar al Glabrezu infiltrado para entregarle al desecho humano que tenia entre las manos y que este le diera el golpe de gracia. Se lo había bien ganado el muy mamón.
Cuando se acerco Alzarot inclinándose ante su superior, este le lanzo a sus pies al clérigo.
Alzarot le miro desdeñosamente y le espeto ante su ensangrentada cara:
Me cago en cien putas!!!. Que ganas que tenia de que llegara este momento, hijo de fruta!. Te voy a meter todos los criterios del sistema por el puto culo!!!.
FINIT gana la partida.
Xolo es Alzarot.
Sigfried es Shejanna.
Daessaer es el pícaro poseído.
Calvo es el humano traidor.