Epílogo
La batalla era sangrienta en la ciudad de Arkham.
Amanecía el cuarto día desde que el rumor de que unas fuerzas oscuras les aguardaban había florecido en la ciudad.
Día a día los enfrentamientos habían sido cruentos dentro de las murallas. Los cadáveres se amontaban poco a poco, nadie sabía aún si eran pobres víctimas o fanáticos ocultos atrapados por el bien. Solo el tiempo lo desvelaría.
La dama no sentía esperanza alguna sobre el buen fin de su causa. Los cuervos graznaban fuerte desde el cielo, quizás queriendo dar ánimos aunque llenaban el aire y su pecho de pesadumbre.
Nada tenía salvación, el círculo volvía a cerrarse. El mal sería invocado y allí estaba ella viendo como nada podía evitarse. Como la oscuridad volvería a ser traída a la tierra.
Se miró , observó su vientre lleno de sangre, sus manos teñidas de su ser. Respiró, exhaló lo que quizás podría ser su último aliento mientras se levantaba. No sería hoy, quizás no sería mañana pero antes o después todo acabaría.
Podrían evitarlo… quizás si quizás no pero les merecía la pena intentarlo.
El mal seguía allí, nada había cambiado en estos días. Aquel cuervo debía morir, debía ser sacrificado pero le había cogido cariño. Solo había un camino fácil, solo uno sencillo pero la lógica no siempre dicta las normas.
Solo había una cosa segura, o al menos eso creía. Un tejón nunca desiste en su labor, un tejón es tenaz, ella era una Dama de la virtud hija de Porpentina Scamander y Newt Scamander caería hoy pero algo quedaría en la memoria.
Hufflepuff Forever.
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